La mala regulación de los fluidos celulares puede deberse a la hiperglucemia. De hecho, la acumulación excesiva de azúcar en la sangre está directamente relacionada con un proceso llamado glicación. Este proceso ocurre cuando el azúcar se une a una proteína, como la hemoglobina, impidiendo su correcto funcionamiento. Las proteínas glicadas obstruyen el flujo sanguíneo, provocando fugas de líquido de los vasos sanguíneos y contribuyendo a la hinchazón de piernas y pies.
Efectos del exceso de azúcar en la retención de líquidos:
Una dieta rica en azúcar produce numerosos efectos secundarios, como la retención de sodio y la disminución de la eficacia de la bomba de sodio-potasio. Dado que el sodio retiene agua, esta se acumula en las extremidades inferiores, lo que agrava los síntomas del edema. A largo plazo, esto puede afectar a los nervios, causando entumecimiento y hormigueo en los pies, una afección conocida como neuropatía periférica. Si bien esto es frecuente en personas con diabetes, incluso quienes aún no la padecen pueden experimentar síntomas similares debido al consumo excesivo de azúcar.
Nutrientes clave para corregir el edema.
Afortunadamente, es posible corregir estos desequilibrios aumentando la ingesta de ciertos nutrientes, en particular potasio, magnesio y vitamina B1.
Potasio: Un mineral esencial
. El potasio es esencial para el correcto funcionamiento de la bomba de sodio-potasio. Sin embargo, es difícil consumir la cantidad necesaria solo con la dieta. Una persona promedio necesita 4700 mg de potasio al día, una cifra difícil de alcanzar con alimentos como los plátanos, que aportan solo 300 mg por unidad. Consumir 15 plátanos al día sería necesario, pero esto introduciría demasiado azúcar en el organismo. Alternativas más adecuadas incluyen aguacates, ensaladas o frutas como las bayas, que proporcionan una mayor cantidad de potasio sin el exceso de azúcar.
