¿Qué significa, espiritualmente, ser una “mujer elegida”?
Desde una perspectiva cristiana, una mujer elegida no es perfecta ni lleva una vida perfecta. De hecho:
A menudo es alguien que ha sido profundamente herido.
Ella lleva consigo una historia de dificultades, pérdidas, rechazos y reveses.
Ella posee una rara sensibilidad que muchas personas no logran comprender.
Lo que la distingue no es la ausencia de dolor, sino algo más profundo:
en cada lucha, su alma todavía busca a Dios.
Las enseñanzas relacionadas con el Padre Pío describen a estas mujeres como almas conocidas y marcadas por Dios desde el vientre materno, llamadas a una silenciosa misión de amor, reparación e intercesión en oración. No siempre lo reconocen y, por ello, a menudo enfrentan ataques emocionales y espirituales que no pueden explicar.
Los 7 marcadores espirituales de las mujeres elegidas por Dios
Éstas no son etiquetas rígidas, sino señales internas que pueden ayudarte a comprender tu viaje espiritual.
1. Dolor profundo sin causa clara
SOLO CON FINES ILUSTRATIVOS
Muchas mujeres elegidas llevan consigo un dolor interior casi misterioso:
