4. Rechazo e incomprensión a lo largo de la vida.
Una de las marcas más duras es un patrón de rechazo:
Sentirse “el diferente” en la familia.
Nunca encaja del todo en grupos sociales, ni siquiera en comunidades eclesiales.
Experimentar traiciones, acusaciones falsas o abandono.
Muchas mujeres que se sienten elegidas espiritualmente dicen que siempre han sentido que no encajaban.
Esto suele generar confusión y herir la autoestima.
Pero desde un ángulo espiritual, el rechazo puede tener otro propósito:
Dios puede estar separándolos de vínculos malsanos para que puedan aprender a depender más de Él que de la aprobación humana.
El rechazo no es una maldición: es una preparación dolorosa.
5. Problemas constantes con la salud o las finanzas.
Las mujeres elegidas a menudo enfrentan desafíos intensos en zonas vulnerables:
Problemas de salud recurrentes o síntomas inexplicables.
Fatiga que no está totalmente ligada a causas externas.
Reveses financieros, pérdidas repentinas o inestabilidad.
Desde un punto de vista espiritual, estas pruebas son vistas como intentos de la oscuridad por debilitarlas, porque una mujer cansada o preocupada tiene menos fuerzas para su misión.
Sin embargo, muchos dan testimonio de algo notable:
Aun cuando sus cuerpos se debilitan, su fe se fortalece.
Incluso en la escasez, todavía dan.
Incluso en la enfermedad, todavía rezan.
Y esta perseverancia es lo que los hace espiritualmente poderosos.
6. Un amor que calma y sana a los demás.
