El resultado: una piel más firme, con un tono más uniforme y visiblemente renovada. Un auténtico cóctel de vitalidad con una delicada fragancia que evoca los rituales de belleza de antaño.
Aloe vera y glicerina: el dúo hidratante que potencia la luminosidad

¡No hay piel radiante sin hidratación! El gel de aloe vera, estrella del cuidado natural de la piel, calma y suaviza incluso las pieles más sensibles. La glicerina vegetal, por su parte, atrae y retiene la hidratación en la piel, proporcionando un efecto voluminizador instantáneo. Bastan unas gotas para transformar la loción en un tratamiento ligero pero ultrahidratante.
Consejo de belleza: Aplica el tónico sobre la piel ligeramente húmeda antes de la crema o el sérum. Esto ayuda a retener la humedad y a mantener la piel suave todo el día.
Té verde, pepino y hamamelis: un toque de frescura y pureza

Para complementar esta loción, prepare una infusión fría de té verde, rico en polifenoles protectores. Este superingrediente ayuda a mantener la elasticidad de la piel frente a los rayos UV y la contaminación.
El jugo de pepino, rico en vitaminas, proporciona una dosis inmediata de frescura y revitaliza la piel apagada. El hamamelis, conocido por sus suaves propiedades astringentes, refina la textura de la piel y cierra los poros. El resultado: una piel limpia, suave y naturalmente radiante, lista para maquillarse, ¡o para usarla sin ella!
