Vives cansado de ver cómo el azúcar sube y baja, las articulaciones duelen al primer frío, la boca siempre sabe a metal y la presión no se queda quieta ni con pastillas. Gastas en consultas, glucómetros y medicamentos, pero sientes que tu cuerpo ya no responde como antes y que cada año es peor… hasta parece que la diabetes, la inflamación y el dolor se volvieron tus compañeros de casa. ¿Y si con algo que cuesta menos de 50 pesos el cuartito y que tu abuelita ya tenía en la alacena pudieras apoyar de verdad a tu cuerpo? Hoy te cuento por qué miles de personas mayores de 50 están masticando o tomando dos clavos de olor al día… y el beneficio que más agradecen está casi al final (aguanta, vale la pena).