- Vaginosis bacteriana, frecuentemente caracterizada por un olor fuerte, algo a “pescado”, con flujo grisáceo y fluido.
- La candidiasis, por otro lado, tiende a producir una secreción espesa y blanca y un olor ligeramente agrio.
No es ni raro ni grave, pero es mejor hablar con un profesional de la salud para recuperar rápidamente el equilibrio.
¿Demasiada o poca limpieza?

En cuanto a la higiene íntima, tanto el exceso como la falta son problemáticos. Un lavado insuficiente puede favorecer la proliferación de bacterias indeseadas. Sin embargo, una limpieza excesiva, especialmente con jabones perfumados o duchas vaginales, puede alterar la flora protectora.
Consejo : un simple enjuague con agua limpia (o con un jabón suave sin perfume) es suficiente para el uso diario. Recuerda que la zona íntima se limpia sola… ¡sí, de verdad!
Cambios hormonales: estas montañas rusas cotidianas
En ciertos momentos de la vida —la menstruación, el embarazo, la menopausia— el pH vaginal cambia, lo que puede ser suficiente para alterar los olores naturales. La transpiración, especialmente la de la ropa ajustada, solo agrava el problema.
La estrategia correcta: optar por ropa interior de algodón, que es transpirable y cómoda, especialmente cuando hace calor.
