El primer indicador fácil de detectar es el color de la orina. Si es transparente, todo está bien. Pero si se vuelve amarillo oscuro o incluso marrón, significa que el cuerpo está concentrando desechos debido a la deshidratación. Los riñones están trabajando más, lo que puede causar problemas a largo plazo.
Ir al baño con poca frecuencia:
¿Pasas largos periodos sin ir al baño? Esto es señal de que no estás bebiendo suficiente. Normalmente, nuestro cuerpo elimina regularmente el agua que absorbe. Si esto no ocurre, intenta retenerla al máximo, lo que puede dificultar la eliminación de toxinas.
Fatiga y falta de energía:
¿Te sientes agotado al despertar? Antes de asumir que tienes deficiencia de hierro o exceso de trabajo, simplemente comprueba si estás bebiendo suficiente. La deshidratación ralentiza ciertas funciones cerebrales y reduce la capacidad de respuesta del cuerpo. El resultado: una mente menos lúcida y fatiga persistente.
Lea más en la página siguiente
