Receta fácil de muffins que se rompen perfectamente por encima

Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). Engrasa un molde para muffins o cúbrelo con capacillos de papel.

En un tazón grande, bate los huevos y el azúcar hasta que la mezcla esté ligera y esponjosa. Este paso ayuda a crear una textura ligera al hornear.

Agrega la leche, el aceite y el extracto de vainilla a la mezcla de huevo. Vuelve a batir hasta que todo esté bien integrado.

Tamiza la harina, el polvo para hornear y la sal, y luego agrégalos gradualmente a la mezcla líquida. Revuelve suavemente hasta que la masa esté bien integrada. Ten cuidado de no mezclar demasiado.

Deja reposar la masa durante 10 minutos. ¡Este pequeño truco ayuda a que tus muffins tengan ese efecto crujiente!

Vierte la masa en moldes para muffins, llenándolos hasta ¾ de su capacidad.

Hornea durante 20-25 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y crujiente, y al insertar un palillo, este salga limpio.

Deja enfriar sobre una rejilla antes de servir. ¡Disfrútalos solos o con un poco de mantequilla! Dejar reposar la masa durante 10 minutos es clave. Esto le da tiempo al polvo de hornear para activarse y ayuda a crear esa deliciosa superficie crujiente.

Para un sabor más intenso, sustituye la mitad de la leche por yogur natural o crema agria.

Puedes añadir sabores o ingredientes adicionales como mini chispas de chocolate, arándanos, ralladura de naranja o canela para variar.

¿Quieres un toque extra de dulzor? Espolvorea un poco de azúcar sobre cada muffin antes de hornear.

Si te gustan las comidas clásicas reconfortantes, estas combinan de maravilla con nuestro Pollo y Dumplings a la Antigua para una comida nostálgica.

Conservación
Estos muffins se conservan bien a temperatura ambiente hasta 3 días en un recipiente hermético. Para mantenerlos frescos por más tiempo: