Es importante tener en cuenta que el daño nervioso relacionado con la neuropatía afecta principalmente a los nervios que nos permiten experimentar sensaciones sutiles, como el tacto ligero o la temperatura. Estos nervios suelen estar ubicados en las extremidades del cuerpo, lo que explica por qué los pies y las piernas se ven afectados con frecuencia. Este tipo de dolor suele aparecer después de un día de actividad, cuando las piernas están hinchadas y la presión sobre los nervios aumenta.
Los síntomas de la neuropatía periférica son variados. Incluyen sensación de ardor, entumecimiento, dolores agudos, hormigueo y dolor irradiado que comienza en los pies y sube por las piernas. Estos síntomas suelen aparecer por la noche, cuando las piernas están en reposo. Esto se debe a la acumulación de líquido en las extremidades inferiores, que ejerce presión adicional sobre los nervios ya debilitados.
En muchos casos, los pacientes pueden experimentar dolor al caminar, pero este dolor suele empeorar al permanecer acostados o sentados durante períodos prolongados. Es importante distinguir entre el dolor nervioso y el dolor musculoesquelético. El dolor nervioso suele asociarse con sensaciones de tirón, hormigueo o ardor, mientras que el dolor musculoesquelético se relaciona más con el dolor corporal mecánico, como el causado por la actividad física intensa.
Tratamiento en casa: masajes y compresas frías.
