Se suele pensar que los primeros síntomas del Alzheimer están relacionados únicamente con la memoria: olvidar un nombre, tener una palabra en la punta de la lengua o tener dificultades para orientarse. Pero un estudio reciente destaca una pista mucho más sutil —e inesperada— que podría detectarse simplemente… ¡mientras uno se ducha! Sí, has leído bien.
Ya no reconocer el olor a jabón: una señal que no debe ignorarse.
Imagínese esto: abre su gel de ducha habitual, ese cuyo aroma conoce desde hace años, y de repente… nada. O mejor dicho, un aroma vago e irreconocible. Este detalle, que puede parecer trivial, puede ser uno de los primeros signos de deterioro cognitivo, según el profesor Davangere Devanand, psiquiatra y neurólogo de la Universidad de Columbia en Nueva York.
¿Por qué? Porque el olfato no es solo cuestión de la nariz: es una función cerebral estrechamente ligada a la memoria. Las áreas del cerebro que nos permiten identificar olores son de las primeras en verse afectadas en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer.
Una prueba sencilla pero reveladora
