Vivió un siglo y sabe de lo que habla: una oncóloga nombró 2 productos que ella ha evitado toda su vida

Un seguimiento minucioso que reveló patrones
Al formarse como médica y atender pacientes, comenzó a registrar no solo síntomas clínicos, sino también hábitos alimentarios de cada uno. Descubrió una relación evidente: el cáncer aparecía con mayor frecuencia en personas con dietas cargadas de ciertos productos.

Dos categorías destacaban con claridad: el azúcar refinado y los embutidos industriales.

El azúcar: combustible silencioso de las células malignas
A partir de mediados del siglo XX, el azúcar se popularizó masivamente: dulces, golosinas y productos azucarados se volvieron comunes. Paralelamente, ella observó un incremento en los casos de cáncer en personas jóvenes con dietas altas en azúcar. Científicamente se sabe que las células cancerosas consumen glucosa a un ritmo mucho mayor que las células sanas, y el consumo excesivo de azúcar también favorece la inflamación.